• La directora de nuestro proyecto, Dra. María Teresa Uriarte Castañeda, nombrada coordinadora de Difusión Cultural UNAM


     

    Quienes trabajamos en el proyecto La pintura mural prehispánica en México, nos sentimos muy contentos y nos unimos a las felicitaciones de la comunidad universitaria para nuestra titular, por su nombramiento.
    En el link encontrarán la nota que publicó la Gaceta UNAM el día de ayer sobre el nombramiento.

     

    Gaceta

     

     

     

  • “Las manifestaciones artísticas en Mesoamérica” en el programa 3 de la serie Discutamos México


     

    El Canal Once del IPN transmitió durante el año 2010 la serie de programas Discutamos México.
    En el programa número 3 de dicha serie, participaron dos miembros de nuestro proyecto: la Dra. Ma. Teresa Uriarte y la Dra. Diana Magaloni.
    El programa trata el asunto del las manifestaciones artísticas en Mesoamérica.
    Aquí encontrarán el link al video del programa en youtube, ojalá sea de su interés.

     

     

  • Noticias del INAH sobre sus trabajos en el mural de “Los Bebedores” en Cholula, Puebla


     

    El INAH publicó, en su boletín 408, noticias sobre la tecnología que están utilizando para trabajar el mural de Los Bebedores.

    A continuación anexo el boletín:

     
    7 de diciembre de 2011
    Con ondas electromagnéticas
    TECNOLOGÍA DE PUNTA EN ATENCIÓN DE MURAL PREHISPÁNICO
     

    *** Especialistas del INAH echan mano de un georradar en el proceso de restauración de Los Bebedores, en Cholula Puebla, para detectar fracturas que inciden en su problema de humedad
    *** Originalmente este aparato era usado en las guerras para localizar escondrijos en el subsuelo

     

    Usado originalmente con fines estratégicos durante la Primera y Segunda Guerra Mundial, el georradar es utilizado por restauradores en las tareas de preservación del mural prehispánico Los Bebedores, en Cholula, Puebla, para localizar las zonas con fallas, fracturas u otros elementos que podría haber detrás de esta antigua obra y que inciden en el problema de humedad que padece, debido a que fue creado debajo del nivel de la superficie.

     

    Se trata de una tecnología no invasiva ni destructiva, que especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta) aplican para localizar las zonas más críticas, y a partir de ello afinar la metodología de restauración a efectuar, sin necesidad de hacer perforaciones en dicha pintura, que fue plasmada hace 1,800 años en el interior de la pirámide de esa zona arqueológica.

     

    La obra fue pintada sobre paredes de adobe y tierra, y sus creadores utilizaron pigmentos de origen mineral unidos con adhesivos naturales, que se han perdido con el tiempo. Debido a su ubicación, debajo del nivel del suelo, concentra la humedad proveniente de los pisos y estructuras superiores.

     

    La atención de este antiguo mural forma parte del Programa Nacional de Conservación de Pintura Mural Prehispánica, que desarrolla el INAH en distintas obras de este tipo del país, en colaboración con el Instituto Getty de Conservación, de Estados Unidos.

     

    Los trabajos de atención de Los Bebedores comenzó en 2009 con la aplicación de diversas técnicas de preservación, a cargo de restauradores de la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural (CNCPC) de INAH, mismas que continúan hasta la fecha, y en las que se ha recurrido al uso del georradar o radar de penetración de tierra y al método de resistividad eléctrica.

     

    Al respecto, la especialista Dulce María Grimaldi, de la CNCPC y responsable del proyecto, informó que para afinar la metodología de restauración a aplicar en dicho mural, se consideró el uso de dicha tecnología que, en este caso, permitirá determinar el espesor del soporte de la pintura y el estado de conservación que guarda, además de la identificación de fracturas y demás elementos que pudieran incidir en la humedad que lo afecta. Sin embargo, dijo, el estado actual de la obra dificulta su estudio, lo que hace indispensable el empleo de métodos que no afecten la capa pictórica. “En atención a esta circunstancia, se solicitó la colaboración de José Ortega Ramírez, investigador y responsable del Laboratorio de Geofísica del INAH, para realizar trabajos de prospección”.

     

    De esta manera, se echa mano de un georradar, así como de un equipo eléctrico de resistividad. El primero utiliza antenas que generan ondas electromagnéticas de diferente frecuencia que se envían al subsuelo, las cuales detectan la energía que se refleja cuando atraviesa alguna estructura. “Este aparato funciona con una antena transmisora que lanza estas señales, y también una receptora, que registra las reflexiones de las ondas mientras pasan entre materiales con diferentes propiedades físicas”, explicó Ortega Ramírez, al puntualizar que en el caso del mural Los Bebedores, se busca entender cómo está conformado su soporte, los deterioros que presenta y los factores que inciden en ello. “Se sospecha que el problema de humedad está relacionado con el soporte de la pintura. Aún estamos por confirmar si hay zonas con oquedades conectadas directamente con la capilaridad (propiedad que hace subir líquido por las paredes de un cuerpo sólido) y cambios en la presión hidrostática. Así, podremos definir las zonas más críticas para que la restauración sea precisa y no requiera ninguna perforación”.

     

    “Tanto en la Primera como en la Segunda Guerra Mundial, el georradar fue utilizado para medir el espesor del hielo de los lagos congelados, y asegurar el aterrizaje de aviones de la fuerza aérea; posteriormente, en la Guerra de Vietnam, se empleó para detectar escondrijos en cavidades.Posteriormente, en los años 70 fue usado en el ámbito industrial, particularmente en campos como ingeniería, para estudios del subsuelo y para detectar fallas y fracturas, y con ello garantizar el control de calidad de obras civiles. Hoy, incluso es aprovechado por la agricultura, pues ayuda a identificar superficies con diferente contenido de humedad mediante el análisis de reflexiones de ondas electromagnéticas”.

     

    “Es un método que no causa daños, toda vez que utiliza frecuencias que están en el mismo rango que las de telefonía celular. Resulta, por tanto, una aplicación novedosa y apropiada para investigar bienes culturales de esta naturaleza”, apuntó Ortega Ramírez. El especialista señaló que, a la par del radar de penetración, se usa el método de resistividad eléctrica, que emplea corriente directa a través de electrodos y mide la diferencia de voltaje entre ellos. “Este aparato genera una tomografía o imagen de la distribución de la conductividad y resistividad en el subsuelo. La humedad y la sal son transmisoras de corriente, por tanto, podemos precisar en qué partes o de dónde proviene la humedad concentrada que perjudica el mural prehispánico”.

     

    Los Bebedores, ejemplo de trabajo interdisciplinario

     

    El mural prehispánico Los Bebedores data de 200 d.C. y alude a un ritual en que dioses y hombres se unen a través del pulque. Las imágenes representadas están distribuidas en una superficie aproximada de 120 metros cuadrados, al interior de una subestructura del llamado Patio Sur, de la Zona Arqueológica de Cholula, Puebla.

     

    Tras su descubrimiento, en los años 70, se creó un túnel para acceder al mural sin tener que desmontar el edificio prehispánico. Desde su hallazgo, esta obra no ha sido vista directamente por el público, más que en fotografías, debido a que por razones de conservación se imposibilita su exhibición.

     

    Desde 2009, un grupo de especialistas trabaja en la preservación de la capa pictórica del mural, que presentaba afectaciones por sales y humedad. “La restauración es multidisciplinaria, de manera que se efectúa con colaboración de biólogos, arqueólogos, ingenieros e historiadores, por mencionar algunas especialidades”, comentó Dulce María Grimaldi, de la CNCPC.

     

    Derivado de este trabajo conjunto, dijo, se ha logrado apuntalar, a través de consolidación química y mecánica, zonas de la pintura que estaban por derrumbarse; “sin embargo, hay que enfocarse en aspectos muy específicos, como la estructura de la edificación prehispánica que alberga la obra, pues una vez que aseguremos su estabilidad, podremos trabajar mejor en el mural, y por ende, aplicar tratamientos a largo plazo”.

     

    La selección de materiales utilizados en la restauración ha requerido una amplia y constante investigación, así como la realización de diversas series de pruebas para evaluar su eficacia. Uno de estos exámenes está basado en nanopartículas de hidróxido de calcio, un método aplicado como resultado de la colaboración con la Universidad de Florencia, detalló Grimaldi Sierra.

     

    Finalmente, la especialista del INAH añadió que en la más reciente temporada de trabajo se prioriza la atención de sectores que requieren protección urgente. Algunos de éstos estaban a punto de desprenderse, por lo que nos hemos enfocado al fijado, tanto de la capa pictórica, como del soporte.

  • Más noticias sobre los trabajos de limpieza en la pintura mural de Bonampak


     

    El periódico El Universal presentó una nota sobre la limpieza que se lleva a cabo en la pintura mural de Bonampak, Chiapas. Ya el INAH había dado a conocer noticias al respecto.
    Recién se terminó la primera de cuatro temporadas de trabajo y reportan un avance del 45%, según la nota del periódico.

     

    Para ir a la nota de El Universal

        

     

    El equipo de restauradores realiza

    de manera minuciosa trabajos de

    reintegración cromática

    (Foto: CORTESÍA INAH )

     

     

  • Noticia del INAH sobre revelaciones en la pintura mural de Bonampak


     

    Recientemente, el Instituto Nacional de Antropología e Historia publicó una nota sobre los trabajos de limpieza que se realizaron en los murales de Bonampak y la revelación de dos nuevos elementos.

    Anexo la nota publicada por el INAH:
     
    MURALES DE BONAMPAK REVELAN NUEVAS IMÁGENES
     
    *** Restauradores del INAH descubrieron dos nuevos elementos en el conjunto pictórico, así como otro del que ya se tenía conocimiento, durante trabajos de conservación de esa obra

    *** Los pormenores del hallazgo son dados a conocer en el más reciente número de la revista semestral Intervención, editada por la ENCRyM

     

    A más de 50 años del descubrimiento de los murales mayas de Bonampak, en Chiapas, aún no se ha conocido todo su potencial informativo y estético; prueba de ello es el hallazgo de un par de elementos pictóricos desconocidos, y la apreciación de otro ya registrado pero ocultos al público, durante los más recientes trabajos de restauración efectuados por especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta).

     

    Se trata de dos pequeños elementos pictóricos detectados en las pinturas murales del Edificio 1 o Templo de las Pinturas de esa zona arqueológica, que no estaban en los registros; uno de ellos fue detectado en el muro este, y el otro en el muro noroeste de la bóveda del Cuarto 3 de ese conjunto, y que permitirán una nueva lectura de la obra pictórica.

     

    Asimismo, en el muro oeste se redescubrió la imagen de un personaje, que en décadas anteriores ya se había registrado gráficamente, pero que no se apreciaba porque estaba cubierto por concreciones de sales.
    De este descubrimiento da cuenta el nuevo número de la publicación semestral Intervención, Revista Internacional de Conservación, Restauración y Museología, editada por el INAH, en la que se abordan las acciones emprendidas para la preservación de este conjunto pictórico de la época prehispánica, el cual sigue ofreciendo nuevas lecturas.

     

    Los especialistas Haydée Orea Magaña, Gilberto Buitrago Sandoval y Olga Lucía González Correa dan cuenta de los últimos trabajos realizados en el Templo de las Pinturas de la Zona Arqueológica de Bonampak, ubicada en la selva Lacandona, municipio de Ocosingo, y descubierta en 1946.

     

    El primero de los dos diseños pictóricos descubiertos, es la imagen de una “cabeza frontal y descendente, de rasgos fantásticos”, mientras que el segundo es un “personaje antropomorfo que emerge de las fauces abiertas de una cabeza de serpiente”, los cuales podrían tratarse de un K’inich Ahau (señor del Sol) y una deidad N, respectivamente.
    Al par de elementos pictóricos se suma el llamado Personaje 29 —de acuerdo a la nomenclatura usada en el registro—, que no se apreciaba porque estaba cubierto por sales, y refiere al rostro de perfil de uno de los 38 individuos que se observan en la parte media del panel.

     

    En dicha publicación de la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía (ENCRyM) “Manuel del Castillo Negrete”, los especialistas destacan que “el descubrimiento de estos pequeños elementos constituye un aporte de la restauración al conocimiento de la obra pictórica, en tanto que establece nuevos datos que deberán incorporarse al estudio iconográfico de los murales de Bonampak. Para ello, es fundamental la mirada inteligente del restaurador y su mano sensible en la intervención de las pinturas, a fin de que puedan apreciarse en todo su esplendor”.
    Los restauradores del INAH añaden que estos murales son, quizá, la más importante expresión mural maya encontrada hasta el momento, no sólo por sus dimensiones, sino por su excelsa calidad técnica y porque constituye una importante fuente de conocimiento de esta ancestral cultura.

     

    “Las pinturas de Bonampak tienen buen estado de conservación, gracias a las intervenciones que se han hecho a lo largo del tiempo desde que se dieron a conocer a la luz pública a mediados del siglo XX. Mediante estas tareas de restauración se han eliminado gran parte de los velos blanquecinos que las cubrían, permitiendo ofrecer una lectura coherente de las imágenes, en las que se advierte una diversidad de tonos: rojos, azules, ocres, negros, cafés, verdes y amarillos”.

     

    Los expertos señalan que la restauración de estas pinturas todavía tiene un largo y minucioso camino por recorrer y, en consecuencia, “los murales todavía tienen mucho por decir”.

  • El Dr. Erik Velásquez García, miembro de nuestro proyecto, recibió premio de la Academia Mexicana de Ciencias


     

    Por la mejor tesis de doctorado en humanidades, el Dr. Velásquez García recibió premio por parte de la AMC.

     

    Para leer la nota completa que apareció en la Gaceta UNAM 

  • Glosario visual de intervenciones


     

    Este glosario es un texto realizado por la Rest. Amaranta González Hurtado, miembro de nuestro proyecto, quién ha estado realizando investigaciones sobre la historia de la conservación y restauración de los murales que estamos estudiando actualmente. El glosario nos parece una herramienta muy valiosa para que los historiadores del arte podamos acercarnos al lenguaje de los restauradores y conservadores y tener una herramienta más en el estudio de la pintura mural prehispánica.

     

    La restauración como profesión es una disciplina poco difundida por lo que existe un gran desconocimiento de las labores que comprende, los campos en que se desarrolla, así como de las posturas teóricas y éticas que se manejan al intervenir una obra. Es por esto que en el proyecto La pintura mural prehispánica en México se ha considerado necesario hablar de estos conceptos para que en cierta forma se hagan del dominio público y se de a conocer la manera de identificar las restauraciones y así lograr tener una lectura total al observar una obra arqueológica, histórica o artística.

     

    Considerando que numerosas muestras del patrimonio mural presentan intervenciones se crea este manual para todos los involucrados e interesados en su estudio. Este texto tiene como fin facilitar la observación de obras restauradas, pudiendo identificar mas claramente los diferentes tratamientos estéticos que se han utilizado en ellas, reconocer las intervenciones de los restauradores y así evitar confusiones en la lectura e interpretación de las características plásticas originales de la obra a estudiar.

     

    En el caso particular de la pintura mural prehispánica, al ser un bien cultural arqueológico, así como apreciado por su fin estético - plástico, los criterios para reintegrar los faltantes de forma e imagen no han sido claramente definidos, por lo que pueden variar de los utilizados en la arqueología, la pintura colonial y la pintura de caballete.

     

    Para leer el artículo completo 

  • Se localizan restos de pintura mural en Paquimé / nota del INAH


     

    El pasado 28 de julio de 2011 el INAH publicó un comunicado en el que informa del hallazgo de lo que parecen ser restos de pintura mural en la zona arqueológica de Paquimé en el estado de Chihuahua.
    Anexamos un extracto del boletín no. 242 al respecto:

     

    DETECTAN RESTOS DE PINTURA MURAL EN PAQUIMÉ

     

     

    Varios fragmentos de estuco con pintura roja y blanca fueron hallados en un cuarto de ese sitio prehispánico de Chihuahua.

    En los bordes de dos paredes se ve lo que podría ser un mural; debido a las lluvias, la excavación que permita descubrir si se trata de una obra pictórica se hará hasta septiembre.

     

    Fragmentos de estuco con pigmentos blanco y rojo, fueron encontrados por investigadores en el suelo y bordes de las paredes de un cuarto del sitio arqueológico de Paquimé, en Chihuahua; los restos del antiguo aplanado podrían corresponder a una pintura mural, de ser así, representaría la primera obra de este tipo que se descubre en esa zona prehispánica del norte de México.

     

    Debido al temporal de lluvias y el riesgo que implica la conservación de pigmentos de murales, arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta) decidieron esperar hasta finales de septiembre próximo para llevar a cabo la excavación que permitirá descubrir si se trata de una obra pictórica.

     

    Lo anterior fue informado por el arqueólogo Eduardo Gamboa, director del Proyecto de Investigación y Conservación de Paquimé, quien detalló que los restos de aplanados con color, se encontraron en el Cuarto 36, ubicado en la sección conocida Casas Grandes, como resultado del monitoreo constante que se realiza en la antiguas edificaciones de ese lugar, declarado
    Patrimonio Mundial en 1998 por la UNESCO.

     

    “Durante el proceso de excavación para quitar los escombros que cubrían la edificación y que cayeron por deslaves, encontramos pedacería de estuco con pintura, así como en las orillas de dos muros”, detalló el investigador durante su reciente participación en la XIV Conferencia de Arqueología de la Frontera Norte, llevada a cabo en este sitio arqueológico, con la asistencia de destacados investigadores de esa región de México y de Estados Unidos.
    “Ante la presencia de estos restos de estuco —continuó—, la exploración se orientó a tratar de encontrar el piso original, de época prehispánica, hasta que a un metro de profundidad, se empezaron a distinguir los bordes de los muros, mismos que tienen pintura en tonos blanco y rojo óxido; sin embargo, la amenaza de las lluvias no permitió descubrir de qué se trata y habrá que esperar una par de meses para saber si es un mural, y de ser así, determinar su época”.

     

    Gamboa dijo que si bien en 1960, durante las primeras investigaciones en Paquimé, el arqueólogo Charles Di Peso encontró rasgos de una especie de ‘graffiti’ prehispánico en paredes de la sección Casas Grandes; aún falta estudiar a profundidad los estucos. “Este elemento decorativo es un tipo de vestigio que en varios sitios de la región denominada Cultura de los Pueblos —que se desarrolló desde el suroeste de los Estados Unidos, hasta el norte de México—, presentan pintura mural que describe mitos, leyendas, cosmovisión y deidades de los grupos que ahí se asentaron”.

     

    Asimismo, dijo, las obras murales también se han hallado en más de 270 sitios conocidos como Casas de Acantilado, distribuidos en la Sierra de Chihuahua, y en las cuales los antiguos pobladores describieron, en algunos casos, el contacto con los españoles.

     

    El arqueólogo del INAH abundó que mientras se planea la exploración con la que se despejarán los muros y se halle un posible mural, se realiza el estudio de los restos de estucos encontrados. “Se están analizando con el mismo método que se aplica a los tepalcates, lo que hacemos es analizar la matriz, es decir, la pasta del tepalcate y el acabado superficial, el estuco también tiene una matriz y un acabado superficial, entonces investigamos ambos componentes”.
    “Esperamos que al excavar en los muros encontremos información cultural, es decir, que haya diseños iconográficos similares a las pinturas que se ven en los sitios de la sierra, porque hay evidencias suficientes en la Cultura de los Pueblos, así como en los restos de materiales arqueológicos encontrados este año, para suponer la existencia de pinturas murales en las paredes de este cuarto de Paquimé”.

     

    Eduardo Gamboa abundó que los bordes de estuco se encontraron en la parte interior del Cuarto 36, sobre los muros de los costados. “Pensamos que por lo menos esos dos muros —de cuatro metros de largo—, tengan estuco pintado; queremos excavar controladamente para probar si es mural o no; si lo es, debe ser policromo porque hasta donde se alcanza a ver, se distinguen colores rojo y blanco”. El arqueólogo detalló que Di Peso decidió no investigar los vestigios porque estaban “contaminados”, es decir, que en el lugar había materiales de ocupaciones posteriores a 1475, cuando se dio el abandono de la ciudad por parte de sus edificadores; “nosotros hicimos calas para encontrar los pisos prehispánicos del periodo Medio de Casas Grandes (1200-1450 d.C.), y a través de los materiales arqueológicos que encontramos recientemente, pudimos corroborar que Paquimé fue reocupado”.

     

    En este sentido, añadió, además de los estucos, se hallaron restos de objetos de lítica, concha, metales, cerámica, restos óseos, vidrio y materia orgánica, que corresponden a los periodos prehispánico, colonial, revolucionario y moderno. Por ejemplo, destacó, “se hallaron casquillos de balas, porque en 1911 ahí tuvo lugar la Batalla de Casas Grandes, cuando Francisco I. Madero peleó contra los constitucionalistas, por lo tanto pudieran corresponder a la Revolución Mexicana”.

     

    Con la exposición de esta instigación finalizó la XIV Conferencia de Arqueología de la Frontera Norte, de la cual el propio arqueólogo Eduardo Gamboa es el coordinador académico.

  • Noticias sobre pintura mural en una cámara funeraria en Palenque / nota del INAH


    El pasado 23 de junio el INAH difundió la noticia de los hallazgos que realizaron en una tumba de la Acrópolis sur de Palenque.

     

    Nos complace señalar que Merle Greene Robertson, respecto a este descubrimiento de 1999, publicó con nosotros en el tomo IV de Estudios del Área Maya de la serie La pintura mural prehispánica en México, el artículo titulado "Los murales de la tumba del Templo XX sub de Palenque" (pp. 381-388).

     

    Ir al libro

    Boletín de prensa (no. 198) del INAH

     

    MICROCÁMARA REVELA IMÁGENES DE TUMBA MILENARIA DE PALENQUE

     

    Contiene los restos mortales de un alto dignatario de esa ciudad maya en su época más temprana, entre 431 y 550 d.C.
    Las tomas muestran muros con sus aplanados originales pintados en rojo, y nueve personajes delineados en negro, además de vasijas y piezas de jade y concha

     

    Arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta) obtuvieron imágenes del interior de una cámara funeraria, a la que nadie ha podido acceder desde hace 1,500 años, en la Acrópolis Sur de la Zona Arqueológica de Palenque, Chiapas.

    La tumba fue localizada dentro de una subestructura en 1999 bajo el Templo XX, sin embargo, su intrincada ubicación y el trabajo de consolidación del basamento habían impedido, hasta ahora, penetrar al recinto que guarda celosamente los restos mortales de un personaje muy importante de esa antigua ciudad maya, que vivió en la época más temprana del sitio, entre 431 y 550 de nuestra era.

     

    Una diminuta cámara de video de poco más de 4x6 cm, y apenas 94 gramos de peso, descendió a cinco metros de profundidad por un orificio de 15x15 cm sobre el techo de la bóveda para hacer la exploración de sondeo, y pudo obtener las imágenes del sepulcro donde se observan paredes pintadas de rojo y figuras humanas delineadas en negro, además de 11 vasijas, y una cantidad indeterminada de piezas de jade y concha, que debieron formar parte del atuendo mortuorio del personaje.

     

    Han transcurrido doce años desde que los arqueólogos descubrieran esta cripta que, a diferencia de hallazgos similares en el sitio, como las tumbas de Pakal II y de la Reina Roja, que datan del siglo VII d.C., no contiene un sarcófago. Según los especialistas, es muy probable que la osamenta fragmentada del personaje yazga directo sobre las lajas del piso.

     

    La exploración de la cámara funeraria forma parte de un proyecto interdisciplinario impulsado por el INAH, que encabezan los arqueólogos Arnoldo González y Martha Cuevas, mediante el cual se pretende atender la conservación del Templo XX en su conjunto y, de manera específica, realizar la excavación y restauración de la cripta.
    La cámara mortuoria, ubicada dentro de una subestructura del Templo XX, tiene bóveda escalonada, una puerta de acceso formada por grandes losas y, de manera excepcional, conserva los muros decorados con pintura mural donde están representados nueve personajes.

    Estas características de la cámara funeraria —afirma la doctora Martha Cuevas— indican que los restos óseos que ahí reposan pueden corresponder a un sagrado gobernante de Palenque, probablemente uno de los iniciadores de su dinastía.

     

    De acuerdo a la temporalidad determinada por los especialistas del INAH para este recinto mortuorio, la osamenta podría pertenecer a alguno de los siguientes ajau o señores: K’uk’ Bahlam I, el primer gobernante de la ciudad; otro cuyo nombre no ha sido traducido aunque algunos autores lo han llamado Ch’away; Butz’ Aj Sak Chiik; Ahkal Mo’ Naab’ I; K’an Joy Chitam I, o Ahkal Mo’ Naab’ II, éste último se entronizó en 565 d.C.
    La arqueóloga Cuevas precisó que aunque el recinto no ha sido excavado, a partir del tipo de cerámica y de pintura mural que yacen en contexto funerario, el Templo XX fue construido hacia 400-550 d.C., y su cámara ocupada en ese mismo lapso del periodo llamado Clásico Temprano.

    “Se trata ni más ni menos que del segundo hallazgo en el sitio de un contexto de esta época, ya que sólo se conocía otro contexto, también funerario, en el Templo XVIII-A que se localiza frente al XX. Esa cámara funeraria fue descubierta y explorada en los años 50, por Alberto Ruz Lhuillier.

    “Pueden observarse otras coincidencias con la tumba del edificio XVIII-A. En ambos casos se trata de un recinto abovedado con muros pintados y un conducto tubular que comunicaba a la cámara funeraria con el templo superior. De la misma forma comparten la presencia de piezas de jade y concha como parte del ajuar funerario, que son de procedencia foránea. Todo ello nos lleva a considerar que la Acrópolis Sur fue destinada como necrópolis real durante esa época”, indicó.

     

    El Templo XX fue remodelado radicalmente durante el Clásico Tardío (600-900 d.C.); de manera que la tumba de cámara abovedada quedó cubierta por un nuevo edificio que ganó aproximadamente cuatro metros de altura en relación con la estructura previa.

    Este edificio, explicó la especialista, se compone de un basamento piramidal que alcanza sobre el nivel de la plaza, en el lado Este, más de 18 metros de altura, y estuvo coronado por un templo del que sólo quedan los desplantes de algunas pilastras. Su fachada está orientada al Este y tuvo un pórtico de tres accesos.

     

    La cámara funeraria de Templo XX fue identificada en 1999, durante las exploraciones que encabezaron los arqueólogos Merle Greene, fallecida recientemente, y Alfonso Morales, como parte de los trabajos del Instituto de Investigación de Arte Precolombino (PARI, por sus siglas en inglés).

     

  • El rector de la UNAM, Dr. José Narro Robles y miembros de la Junta de Gobierno conocen nuestras investigaciones sobre Cacaxtla


     

    El pasado sábado 22 de enero de 2011 tuvimos la oportunidad de presentar, en el sitio arqueológico de Cacaxtla, Tlaxcala,  los estudios que el proyecto ha realizado sobre su pintura mural.  El Dr. José Narro Robles, rector de la UNAM, y miembros de la Junta de Gobierno de nuestra universidad nos honraron con su presencia y nos permitieron darles a conocer los avances del proyecto que dirige la Dra. Ma. Teresa Uriarte.

     

    Con el apoyo del Dr. Guillermo Goñi Motilla, director del sitio, y del Lic. Miguel Angel Kanafani, subdirector del mismo, nuestro proyecto realizó, en el auditorio del sitio arqueológico, la presentación de las investigaciones que conformarán el libro dedicado a estudios de la pintura mural de Cacaxtla y que está por entrar a imprenta.

     

    Para nuestros investigadores y para los miembros del proyecto fue un gusto el haber podido mostrar los avances en nuestras investigaciones, así como la manera en que nuestro proyecto trabaja.

     

    El programa de la visita fue el siguiente:

     

    1. Dra. Ma. Teresa Uriarte
    Bienvenida e introducción
    2. Mtra. Fernanda Salazar Gil
    Murales y esbozo de la cédula (Mtra. Luz María Moreno)
    3. Dra. Genevieve Lucet
    Estudio de la arquitectura de Cacaxtla e introducción a su arqueología
    4. Rest. Amaranta González
    Hacia una historia de la conservación de Cacaxtla; Cacaxtla. La Elocuencia de los colores (Dra. Diana Magaloni y equipo) y Los pintores de Cacaxtla (Dra. Claudia Brittenham)
    5. Dra. Lourdes Navarijo
    Los elementos ornitológicos en el discurso pictórico
    6. Biol. Fernando Guerrero
    La presencia del felino en la pintura mural de Cacaxtla y Las plantas de Cacaxtla: una perspectiva botánica (del Dr. David C. Michener)
    7. Dr. Jesús Galindo
    Una visión celeste de Cacaxtla: estudios arqueoastronómicos de su pintura mural
    8. Dra. Ma. Teresa Uriarte
    El mural del Edificio B, ¿Una batalla?.  Estudios de iconografía y epigrafía de Christophe Helmke y Jesper Nielsen, El Templo Rojo y los mayas: arte, mitología y contactos culturales en las pinturas de Cacaxtla (del Dr. Simon Martin), estudios del Dr. Javier Urcid sobre la Batalla y el Edificio A y estudio de la Mtra. Ma. Olvido Moreno sobre los escudos en el mural de la Batalla
    9. Lic. Ricardo Alvarado
    La fotografía de los murales
    10. Lic. Citlali Coronel
    Los dibujos de los murales

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